miércoles, julio 23, 2008

Un cuento japones...

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros!

¿Tardó sólo seis semanas crecer?
No.
La verdad es que se tomo siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.


En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.


"El triunfo no es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia".


Cuento tradicional Japonés


Cuando lei esto en el blog de Mentes Sueltas, estuve repasando todo lo hecho en mi vida, y me dio fuerzas para seguir adelante, ya que estas palabras tienen mucha sabiduria, no esta demas recordarlo en estos tiempos en que todo pasa y se desarrolla tan rapidamente, bueno, quizas esa es la apreciacion que tenemos nosotros, y quizas solo sea que las cosas se desarrollan a su debido tiempo y nosotros somos incapaces de esperar el tiempo necesario. Mentes lo escribio en su blog para compartirlo con nosotros, lo he tomado y he querido compartirlo con uds., espero que no te molestes Mentes por haberme tomado esta libertad.

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12 Comments:

Blogger Alimontero said...

Estoy viviendo un proceso tambien...y entiendo muy bien esta analogía que haces y me parece maravillosa.
Personalmente te puedo decir, que un "enrazamiento interno" nos toma toda una vida...y la vida "nos recicla" cada 7 años...y cada vez es re-comenzar nuevamente...morir para re-nacer con nuevas fuerzas, y si éstas vienen de la fuerza de la raíz.. no habrá borrasca que nos derribe...nos podrá doblar, si...incluso llegar hasta el suelo, solo que no nos quebraremos, tendremos la capacidad, habilidad y la destreza de volver nuevamente a nuestro lugar...nuestro centro.
He removido cosas mías de raíz...y no solo una...sino varias, y es aconsejable cuando "saco" algo "reponer" ojalá, inmediatamente... y es lo queh estado haciendo. Rehice mi jardín, y como de analogías se trata, tambien mi jardín interno está en las mismas...
Te abrazo en esta rica tarde donde el sol, un signo mas de esperanza, cubre mi jardín con plantas y árboles nuevos, luego que una noche lluviosa les dió la bienvenida a casa...

Ali

4:04 p. m., julio 23, 2008  
Blogger Lilith said...

uhuhu
me gusto
ta lindo

yo no habia leido eso
y yo leo el blog de mentes
quew raro jajaja

lo bueno es que el mensaje si os i llego


besos*

5:02 p. m., julio 24, 2008  
Blogger M. J. Verdú said...

Me ha encantado leer este bello cuento japonés, que has tomado de otro blog. Yo también considero que no existen las soluciones instantaneas y a pesar de que vivamos en una sociedad apremiante,estresante, competitiva y exigente, nunca debemos olvidar que el tiempo es lo más valioso que poseemos y por eso debemos saber emplearlo adecuadamente, dando tiempo para que nuestros proyectos puedan germinar y florecer. Saber esperar al momento adecuado para ver materializado el resultado deseado producto de nuestra perseverancia y paciencia, me parece una forma óptimo de gestión del tiempo. Tamibén creo que en la vida es importante saberse abrir al factor inesperado o sorpresa y no tratar siempre de tenerlo todo bajo control. A veces, una especie de magia se despliega ante nosotros y siempre nos hace sonreír. Tu blog está lleno de espiritualidad y siempre lo llevaré en el corazón. Si me dieras tu autorización, te linkaría en mi humilde espacio

4:32 a. m., julio 25, 2008  
Blogger Guerreros de la Luz said...

No me canso de admirar la capacidad que tienen los cuentos japoneses de remercerte el alma con palabras simples.
Todo en esta vida es un proceso, todo toma tiempo, todo tiene causas y consecuencias, todo crecimiento amerita el destruir y crear cosas nuevas, reinvertarse, esperar, perseverar, observar, disfrutar de los frutos y asumir las derrotas (una vez alguien me dijo que las derrotas no eran mas que el lenguaje que tenía la vida para hacernos saber que vamos por el camino equivocado...); todo avance, crecimiento y evolución amerita una cuota importante de perseverancia que no todo el mundo tiene, que algunos aveces olvidamos, pero q no por eso deja de ser necesaria...
En fin... me gusto...

Me alegra volver a leerte (aunque sea una extracción de otro blog), estuviste ausente unos días...que bueno q estes de vuelta...
Un abrazo enorme y cálido a la distancia, fuerza, energía y bendiciones.

Kro

8:38 p. m., julio 26, 2008  
Blogger MentesSueltas said...

Enojarme... por favor, un placer que te guste y te ayude.

Es hermosa la historia, casi diria mi preferida.

Te abrazo mucho, entre "bambues" que crecen.

MentesSueltas

7:02 a. m., julio 27, 2008  
Blogger LiterataRoja said...

Hermoso relato, a los que el blog de MentesSueltas ya nos ha acostumbrado...

Me encanto!!

10:59 a. m., julio 29, 2008  
Anonymous Anónimo said...

k excelente metáfora.

me dejaste sin palabras.
pensé por un momento k ibas a hablar otra cosa... no a hacer una analogía con lo k nos pasa a nosotros.


me encantó.
cariños para ti.

1:37 a. m., julio 30, 2008  
Blogger LA REINA said...

Me quedo con el ultimo parrafo...
Cambios,Accion y paciencia, que palabras poderosas y dificiles de sostener en el tiempo.
Muy interesante post.
Un besito
La Reina

10:35 p. m., agosto 03, 2008  
Blogger Palomis said...

Dios siempre pone en nuestro camino lo que necesitamos oir, en momentos de gran afliccion (hoy o ha sido un buen dia), o cuando te cuestionas lo que haces.

Gracias por el cuento.

Y tu tambien ten paciencia.

Baccio e un hug per voi

3:04 p. m., agosto 04, 2008  
Blogger MentesSueltas said...

Hola, paso, te dejo un beso y sigo.



Te abrazo
MentesSueltas

4:25 a. m., agosto 05, 2008  
Blogger Marta (Tuki) said...

Absorbe toda la sabiduría que puedas...

Tuki*

2:24 p. m., agosto 06, 2008  
Blogger Sanh said...

vaya... ahora entiendo por qué no crece mi bambú, soy impaciente... mucha sabiduria en este cuento, gracias por compartirlo.

7:53 p. m., agosto 08, 2008  

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